El gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que este lunes presentará una demanda contra el presidente Donald Trump, en respuesta al despliegue no autorizado de la Guardia Nacional en Los Ángeles, medida tomada por la administración federal para contener las crecientes protestas contra las políticas migratorias del gobierno.
“Tomar el control de la Guardia Nacional de un estado sin consultar al gobernador de ese estado es ilegal e inmoral”, declaró Newsom, demócrata, en entrevista con MSNBC el domingo. La declaración surge tras un fin de semana de intensas manifestaciones en la ciudad angelina, que derivaron en disturbios, bloqueos viales y enfrentamientos con la policía.
Aunque la ciudad amaneció en relativa calma este lunes, el olor a humo aún flotaba en el ambiente tras los incidentes del día anterior, cuando manifestantes bloquearon la autopista 101 y prendieron fuego a varios vehículos autónomos. Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras. El centro de detención federal, foco de las protestas, permanece fuertemente resguardado.
Tensión política y calles en crisis
El presidente Trump justificó el despliegue diciendo que “la ciudad habría sido completamente destruida” sin la intervención federal. En su plataforma Truth Social, acusó tanto a Newsom como a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, de mentir al negar la necesidad de la presencia militar. Trump también instó al jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, a “arrestar a los manifestantes con máscaras” y exigió más acciones represivas: “¡¡¡TRAIGAN A LAS TROPAS!!!”.
Por su parte, McDonnell reconoció que sus elementos estaban “abrumados” por los enfrentamientos, en los que identificaron a agitadores profesionales entre los manifestantes. Las autoridades reportaron decenas de arrestos durante el fin de semana, incluyendo a personas por lanzar cócteles molotov y embestir motocicletas contra la policía.
Debate sobre la legalidad del despliegue
Newsom calificó la intervención federal como una “grave violación de la soberanía estatal” y pidió formalmente su retiro en una carta enviada a la Casa Blanca. Esta situación marca una escalada sin precedentes, al ser posiblemente la primera vez en décadas que un presidente activa la Guardia Nacional en un estado sin el consentimiento del gobernador.
El gobernador también envió un mensaje directo a los manifestantes: “Trump quiere caos y ha instigado la violencia. No le den la excusa que está buscando”. Pidió mantener la calma y evitar actos de violencia o vandalismo, advirtiendo que quienes los cometan enfrentarán arrestos.
Un conflicto que trasciende las calles
Las protestas en Los Ángeles, que ya llevan tres días consecutivos, son parte de una ola de manifestaciones contra la política migratoria del gobierno federal, en particular los esfuerzos de deportación masiva promovidos desde Washington.
La confrontación entre Newsom y Trump no solo refleja la tensión en torno a la migración y el uso de la fuerza pública, sino que también podría sentar un precedente legal y político sobre los límites del poder federal sobre las entidades estatales.
La demanda que el gobernador presentará este lunes podría convertirse en un caso clave para la relación entre estados y el gobierno federal, en un contexto cada vez más polarizado por temas de inmigración, seguridad y libertades civiles.