No hubo espacio para milagros. El Arsenal, la nueva ‘bestia negra’ del Real Madrid, logró su tercera victoria consecutiva sobre el club blanco y se clasificó para las semifinales de la Liga de Campeones, eliminando al vigente campeón con un ejercicio de madurez que dejó a la afición madridista con una sensación de impotencia.
En un Santiago Bernabéu que esperaba una remontada épica, el equipo de Carlo Ancelotti mostró un fútbol pobre, sin recursos ni ideas claras. A pesar de las escasas oportunidades generadas por figuras como Vinícius y Mbappé, el Madrid no logró encontrar el camino para superar al conjunto de Mikel Arteta, que jugó con una calma y personalidad inquebrantables ante la presión del estadio.
Desde el inicio del partido, el Real Madrid intentó lanzar su ofensiva, con un Mbappé que anotó un gol anulado por fuera de juego a los dos minutos. Sin embargo, la falta de conexión entre los atacantes y la escasa creatividad en el centro del campo dejaron al equipo sin capacidad de penetrar la defensa rival.
Por su parte, el Arsenal no se mostró intimidado y, aunque hubo algunos momentos de tensión, su juego basado en contragolpes y control del balón les permitió mantener su ventaja. Una de las jugadas más importantes fue un penalti fallado por Saka tras un agarrón en el área, lo que dio esperanza a los madridistas. Pero fue solo un espejismo, ya que el equipo local no logró capitalizar las oportunidades.
A medida que avanzaba el partido, la desesperación crecía en el Madrid. Rodrygo y Vinícius intentaron generar jugadas, pero el control del balón era claramente superior en los pies de los jugadores del Arsenal. A falta de un líder que tomara las riendas en momentos críticos, el Real Madrid se fue diluyendo poco a poco. El golpe definitivo llegó cuando Mikel Merino asistió a Saka, quien sentenció con un gol que ponía el 0-4 global.
Aunque Vinícius maquilló la eliminatoria con un gol tras un error de Saliba, ya era tarde para cualquier tipo de reacción. El Madrid se despidió de la Champions tras una noche que podría marcar el fin de ciclo de Carlo Ancelotti, quien no encontró las soluciones a los problemas que aquejan a su equipo, que se despide de Europa en una edición llena de altibajos y frustraciones.
El Arsenal, por su parte, sigue demostrando su crecimiento y madurez, y se medirá al PSG en semifinales con la firme intención de seguir haciendo historia.