La pandemia de COVID-19, junto con la aparición de enfermedades zoonóticas como la gripe aviar, ha demostrado la importancia de la biología como base para el desarrollo de vacunas, terapias y estrategias de conservación. Expertos de la UNAM destacan que esta ciencia, al colaborar con disciplinas como medicina, veterinaria y bioquímica, es clave para enfrentar desafíos globales y mejorar la calidad de vida en el planeta.
Durante la emergencia sanitaria por el coronavirus, los biólogos jugaron un papel crucial en la identificación del agente causal, la secuenciación del genoma del virus y el desarrollo de vacunas en tiempo récord. Diego Chaparro Herrera, investigador de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, señala que el conocimiento sobre las células y su funcionamiento permitió probar nuevos medicamentos y plantear terapias eficaces contra el virus.
“La biología nos permite entender el origen de las enfermedades, diseñar terapias y también restaurar el medio ambiente a través de procesos biológicos como el uso de plantas para descontaminar el agua”, explicó Chaparro.
Además de la salud, los biólogos desempeñan un papel esencial en la conservación de la vida en el planeta. Yolanda Hortelano Moncada, del Instituto de Biología, resalta que esta disciplina permite identificar el impacto del cambio climático, la evolución de virus y bacterias, y diseñar medicamentos efectivos con menos impacto en la salud humana.
“Gracias a la biología podemos conservar la diversidad genética, preservar especies y garantizar la producción de alimentos de calidad. Es una ciencia que contribuye directamente a mejorar nuestra calidad de vida”, enfatizó.
La biología tiene aplicaciones en campos tan diversos como el diseño de políticas públicas, la investigación espacial en la NASA y el manejo de ecosistemas. Eduardo Hernández Navarro, también del Instituto de Biología, subraya que esta disciplina es fundamental para mitigar problemas ambientales y de salud, así como para realizar evaluaciones de impacto ambiental en actividades humanas como la minería y la urbanización.
“Donde haya vida, habrá biólogos, incluso donde se busque destruirla. Sin embargo, en México hace falta mayor conciencia sobre la importancia de esta ciencia y su aplicación en áreas clave como la educación, conservación y desarrollo de políticas públicas”, afirmó Hernández.
El Día del Biólogo en México, instaurado el 25 de enero desde 1961, busca reconocer la labor de los profesionales que dedican su vida al estudio y conservación de los organismos y los ecosistemas. Aunque su impacto es innegable, los especialistas insisten en la necesidad de sensibilizar a la sociedad sobre el valor de esta disciplina, que no solo protege la vida en el planeta, sino que también impulsa la innovación científica y el desarrollo sostenible.
En un mundo enfrentado a retos como pandemias, crisis climáticas y pérdida de biodiversidad, la biología sigue demostrando que es una ciencia esencial para garantizar el futuro de la humanidad.