Rosario Piedra Ibarra, la actual presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), fue reelecta para un segundo periodo (2024-2029) en un proceso que ha generado controversia, especialmente debido a las críticas por su desempeño durante su primera gestión, marcada por la falta de resultados y la omisión en la protección a las víctimas.

A pesar de ser la peor evaluada entre las 15 aspirantes finalistas y enfrentar el rechazo de diversos sectores, incluidos legisladores de Morena, Piedra Ibarra obtuvo una mayoría calificada en el Senado con 87 votos a favor, superando los 36 votos de Nashieli Ramírez Hernández, directora de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Tres sufragios fueron nulos, y solo un voto fue para Paulina Hernández Diz, del organismo Unidad para la Igualdad de la Universidad de Guadalajara.

El proceso de reelección fue polémico, ya que los legisladores morenistas se negaron a usar una mampara, propuesta por el PAN y Movimiento Ciudadano, para permitir que los senadores votaran en secreto. Esta decisión fue vista como un intento de evitar que la línea del coordinador guinda, Adán Augusto López Hernández, influyera en la votación, lo que llevó a la oposición a exigir transparencia.

A pesar de los intentos de rebelión de algunos senadores de Morena, como Javier Corral y Higinio Martínez, quienes amenazaron con votar en contra de Piedra Ibarra, la mayoría oficialista se impuso y ratificó su reelección. El bloque oficialista, aunque cuestionado por su pobre desempeño, avaló la continuidad de la ombudsperson, cuya gestión ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos.

Piedra Ibarra tomará protesta de ley este 16 de noviembre ante el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, y continuará al frente de la CNDH hasta 2029.