La invaluable contribución en el deporte de entrenadores cubanos en la UANL

La invaluable contribución en el deporte de entrenadores cubanos en la UANL

En la década de los noventa, un acuerdo trascendental entre la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y la Comisión Nacional del Deporte (CONADE) de México dio origen a una alianza que transformó el panorama deportivo en el estado de Nuevo León. El convenio, impulsado por el director de CONADE de aquel entonces, Raúl González Rodríguez, trajo consigo la llegada de entrenadores cubanos altamente calificados, quienes no solo elevaron el nivel técnico de los equipos Tigres, sino que también dejaron un impacto duradero en la Facultad de Organización Deportiva (FOD) y en todo el sistema deportivo universitario.

El éxito sin precedentes de Cuba en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde cosecharon 14 medallas de oro y un quinto lugar general en el medallero, sirvió como un preludio al potencial que la colaboración cubano-mexicana podía desencadenar en el deporte estatal.

Bajo la dirección de Daniel Bautista Rocha, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 y director del deporte en Nuevo León en esa época, se implementaron programas ambiciosos para aprovechar al máximo la experiencia y conocimientos de los entrenadores cubanos. Este esfuerzo conjunto no solo dio lugar a un intercambio de metodologías y técnicas de entrenamiento, sino que también sentó las bases para una cultura deportiva arraigada en la excelencia y el compromiso.

José Alberto Pérez García, Director de Deportes de la UANL, destaca que el convenio no solo benefició a los equipos representativos de la universidad, sino que también se extendió a las instituciones educativas afiliadas. Gracias al Consejo Consultivo del Deporte y la gestión de Gilberto Mario Garza, la presencia cubana se hizo sentir en una variedad de deportes, desde atletismo y polo acuático hasta esgrima y gimnasia.

La llegada del profesor Arístides Lanier Soto marcó un hito importante, trayendo consigo un contingente de entrenadores de élite que dejaron una huella imborrable en la historia deportiva de la UANL. Desde entonces, nombres como Carlos Amador, Alejandro Laberdesque, Carlos Benítez y Graciela Benítez, entre otros, se han convertido en pilares fundamentales del desarrollo deportivo en la universidad.

El legado de los entrenadores cubanos sigue vivo en la UANL, donde su enfoque en la excelencia y la formación integral de los deportistas continúa guiando a las generaciones futuras. Su contribución ha sido fundamental para posicionar a la universidad como una potencia deportiva a nivel nacional e internacional, y su influencia perdurará en el tiempo como un testimonio de la importancia del intercambio cultural y la colaboración en el ámbito deportivo.



Deja un comentario