Con casi 18 mil aficionados rugiendo en el Gainbridge Fieldhouse, los Pacers de Indiana dieron un golpe de autoridad en las Finales de la NBA, al vencer 116-107 al Thunder de Oklahoma City en el Juego 3, y tomar ventaja 2-1 en la serie por el campeonato.
La jugada que encendió al público llegó en el último cuarto, cuando Pascal Siakam se colgó del aro con una volcada que simbolizó el dominio de Indiana en el cierre del partido. Con esa jugada, los Pacers definieron el rumbo de un duelo en el que nunca se desesperaron, a pesar de estar cinco puntos abajo al final del tercer cuarto.
El plan de juego del equipo de la Conferencia Este fue claro: neutralizar a Shai Gilgeous-Alexander, y funcionó. El MVP de la temporada regular, quien venía promediando 36 puntos en los dos primeros juegos, fue limitado a 24 unidades, lo que debilitó al Thunder en momentos clave del encuentro.
Tyrese Haliburton volvió a ser el líder ofensivo que Indiana necesitaba, acompañado por un explosivo Bennedict Mathurin, quien salió del banquillo para anotar 27 puntos, convirtiéndose en el héroe inesperado de la noche. Siakam, por su parte, no solo aportó intensidad defensiva, sino también puntos claves y energía en el cierre.
El Thunder, por su parte, mostró una preocupante dependencia de Gilgeous-Alexander, y no encontró alternativas efectivas cuando su estrella fue contenida.
Con este resultado, los Pacers no solo toman la delantera en la serie, sino que también mandan un mensaje claro: no son las víctimas que muchos anticipaban.
El Juego 4 se disputará en el mismo escenario, donde Indiana buscará ampliar su ventaja en busca del primer título en la historia de la franquicia.