El legendario músico Billy Joel ha vuelto a estar en el centro de la atención mediática tras el estreno de su documental “Billy Joel: And So It Goes”, proyectado esta semana en el Festival de Cine de Tribeca. El largometraje, dirigido por las reconocidas documentalistas Susan Lacy y Jessica Levin, deja al descubierto aspectos profundamente personales de la vida del artista, generando un fuerte impacto entre los asistentes y seguidores del cantante de 76 años.
El documental llega en un momento crucial para Joel, quien recientemente canceló su gira por Estados Unidos y Reino Unido tras ser diagnosticado con hidrocefalia, un trastorno neurológico que ha afectado su audición, visión y equilibrio. A pesar de los rumores sobre su estado de salud, el cantante envió un mensaje tranquilizador —aunque con su característico humor negro— a través del presentador Howard Stern: “No me estoy muriendo”.
Entre los momentos más conmovedores del filme se encuentran las confesiones sobre dos intentos de suicidio que Joel sufrió en su juventud, desencadenados por una traición amorosa y una profunda crisis emocional. El documental revela que Joel mantuvo una relación con Elizabeth Weber, entonces esposa de su mejor amigo y compañero de banda, Jon Small, lo que provocó el fin de su agrupación “Attila” y el distanciamiento entre ambos músicos.
“Me sentí como un rompehogares. Me dieron un puñetazo en la nariz y me lo merecía”, relata Joel en el documental. La tensión emocional lo llevó a una espiral de depresión, alcoholismo y aislamiento, viviendo incluso en lavanderías, hasta que intentó quitarse la vida con una sobredosis de pastillas y, posteriormente, ingiriendo una botella de limpiador doméstico.
Su hermana Judy Molinari, visiblemente afectada, cuenta que lo encontró en coma tras el primer intento, y temió haberlo perdido. Joel, por su parte, reconoce haber despertado en el hospital con la intención de intentarlo nuevamente. Fue Jon Small, el hombre a quien había traicionado, quien lo llevó al hospital y acabó por perdonarlo, marcando una reconciliación que transformó la vida del músico.
“Lo perdoné porque sé que me amaba y le dolía hacerme daño”, dijo Small, quien también participó en el documental. A partir de este episodio, Joel comenzó un proceso de sanación y reflexión, que lo llevó a canalizar su dolor en la música.
“Salí de la sala de observación y pensé: ‘Puedes utilizar todas esas emociones para canalizarlas en música’”, recuerda Joel, cuya carrera ha sido marcada por éxitos como “Piano Man”, “Vienna” y “We Didn’t Start the Fire”.
El estreno de “Billy Joel: And So It Goes”, que se transmitirá por HBO en julio, forma parte del renacimiento emocional y artístico de una de las figuras más influyentes del pop y rock estadounidense. A pesar de los desafíos actuales de salud, el documental muestra a un Billy Joel vulnerable, humano y resiliente, cuya música sigue siendo testimonio de su historia personal.