Científicos piden moratoria internacional a la minería en fondos marinos

Científicos piden moratoria internacional a la minería en fondos marinos

Un comité científico internacional, copresidido por la investigadora de la UNAM Elva Escobar Briones y el exministro portugués Ricardo Serrão Santos, ha emitido una recomendación oficial para establecer una moratoria global a la minería en fondos marinos, debido a la falta de evidencia científica suficiente para garantizar la protección de estos ecosistemas profundos.

La propuesta, que será presentada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (9 al 13 de junio) y en el Congreso One Ocean Science (3 al 6 de junio), advierte sobre los riesgos ambientales irreversibles que podrían derivarse de la extracción minera a gran escala en el mar profundo, en zonas fuera de jurisdicciones nacionales.

“La preocupación que compartimos los científicos es que extraer minerales en un ecosistema marino tan vulnerable, sin contar con todas las herramientas, podría generar impactos ambientales sin precedentes y daños irreparables”, señaló Escobar Briones.

Un llamado basado en la ciencia, no en intereses comerciales

El documento, respaldado por 18 expertos de 16 países especializados en oceanografía, derecho del mar, economía azul y gobernanza ambiental, propone una moratoria de 10 a 15 años o hasta que se cuente con evidencia científica suficiente para tomar decisiones informadas y no motivadas por intereses económicos.

Entre los hallazgos destacados por el grupo está el descubrimiento reciente de producción de oxígeno en la oscuridad, un proceso hasta ahora desconocido que podría verse afectado por las operaciones mineras. Esto, según la investigadora de la UNAM, “marcó un parteaguas en la ciencia” y evidencia cuánto queda aún por comprender de estos entornos.

Impactos a escala inédita y sin mecanismos de respuesta

La minería marina profunda, alertó Escobar, implicaría intervenciones 24/7 durante todo el año en áreas del tamaño de países enteros, con impactos acumulativos difíciles de prever o controlar. Entre los efectos potenciales se encuentran:
    •    Alteración del sustrato marino y pérdida de procesos biológicos clave.
    •    Liberación de sedimentos en suspensión que podrían dañar organismos delicados al obstruir sus sistemas respiratorios.
    •    Riesgos de colisiones, derrames o fallas en buques mineros sin un marco legal claro de responsabilidad.

A esto se suma la ausencia de un “gemelo digital”, es decir, simuladores ambientales que permitan anticipar escenarios de impacto en sinergia con el cambio climático.

Los recursos que se contemplan para extracción incluyen nódulos polimetálicos, sulfuros hidrotermales y costras de cobalto y hierro, presentes principalmente en el Pacífico, el Atlántico Central y el Índico. Estas zonas, además, son hábitats clave para ballenas y otras especies migratorias.

Aunque por ahora sólo se realiza exploración, ya existe una solicitud formal para iniciar actividades de extracción, bajo revisión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, órgano de la ONU.

No obstante, falta un reglamento ambiental específico y no se han definido mecanismos para la redistribución de beneficios económicos provenientes de un recurso que, como señalan los expertos, es considerado “bien común de la humanidad”.

El documento impulsado por el panel, creado por iniciativa del presidente de Francia, Emmanuel Macron, incluye también un folleto informativo con preguntas y respuestas para informar a comunidades, legisladores, abogados e industrias sobre los desafíos y vacíos legales de esta nueva frontera extractiva.

“El océano sostiene la vida en la Tierra: produce oxígeno, regula el clima y recicla nutrientes. No podemos permitirnos alterar su equilibrio sin entender plenamente las consecuencias”, concluyó Escobar Briones.



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