El panorama de la violencia en México se agrava con las cifras recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Durante octubre de 2024, el primer mes del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, se registraron 2,564 víctimas de homicidio doloso y 70 feminicidios. Esto representa un aumento del 6.5% en comparación con el mismo mes de 2023, cuando se reportaron 2,473 homicidios.
Con un promedio diario de 85 asesinatos, octubre se posiciona como el quinto mes más violento del año, superado por mayo (2,747 homicidios), junio (2,743), abril (2,683) y septiembre (2,680).
En lo que va de 2024, de enero a octubre, suman 25,324 homicidios dolosos y 695 feminicidios en todo el país, según el informe del SESNSP.
Colima encabeza la lista como el estado más violento en términos de tasa poblacional, con 8.5 víctimas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes, seguido de Sinaloa (5.7), Guerrero (5.7) y Morelos (5.6).
En cifras absolutas, Guanajuato lidera con 2,597 asesinatos registrados entre enero y octubre de este año, seguido de:
- **Baja California**: 2,030
- **Estado de México**: 1,936
- **Chihuahua**: 1,696
- **Jalisco**: 1,532
- **Guerrero**: 1,504
El aumento en los homicidios dolosos evidencia los desafíos que enfrenta la nueva administración federal en materia de seguridad. Aunque algunas entidades destacan por su alta densidad de población o condiciones socioeconómicas complejas, la concentración de la violencia en ciertos estados señala problemáticas específicas, como la actividad del crimen organizado y la falta de estrategias efectivas para combatirlo.
Expertos en seguridad coinciden en que reducir estos índices requiere un enfoque integral que incluya reforzar las corporaciones policiales locales, atender las causas sociales de la violencia y mejorar la coordinación entre los niveles de gobierno.
Las cifras también generan debate político, ya que varios de los estados con mayores índices de violencia son gobernados por Morena, el partido oficial. Este escenario plantea un desafío no solo para el gobierno federal, sino también para las administraciones estatales, que deberán enfrentar las críticas y reforzar sus estrategias de seguridad.
Con estos números en aumento, la lucha contra la violencia continúa siendo una de las prioridades más urgentes para México, en un contexto donde la seguridad sigue siendo una demanda central de la ciudadanía.