En 2016, el estreno de "Rogue One: A Star Wars Story" sorprendió a los fanáticos al presentar al icónico personaje Wilhuff Tarkin, interpretado digitalmente por Peter Cushing, a pesar de que el actor había fallecido en 1994. La resurrección digital de Cushing generó admiración y controversia, y ahora se ha convertido en el centro de una batalla legal.

De acuerdo con The Times, Disney enfrenta una demanda relacionada con el uso de la imagen de Cushing, presentada por Kevin Francis, productor de cine y amigo del actor. La demanda alega que la película dirigida por Gareth Edwards no contaba con el permiso necesario para utilizar la imagen del fallecido actor.

El lunes 9 de septiembre, el Tribunal Supremo de Londres decidió que la demanda no puede ser desestimada. La denuncia fue presentada por Tyburn Film Productions contra Lucasfilms, Disney, Lunak Heavy Industries y Associated International Management. La productora había pagado 33,000 euros a los herederos de Cushing por el uso de su apariencia en la película, pero no hay un documento legal que confirme que Cushing autorizó dicho uso.

Kevin Francis sostiene tener un acuerdo firmado por Cushing sobre los derechos de reproducción de su imagen. La controversia resalta la falta de regulación clara sobre la reproducción digital de la imagen de personas fallecidas.

Esta situación no es nueva para Disney. La compañía también enfrentó una controversia similar al revivir digitalmente a Carrie Fisher para "Rogue One" tres años después de su muerte en 2016.

La disputa legal continuará su curso, y el caso de Peter Cushing podría sentar un precedente importante sobre los derechos de imagen y la reproducción digital de actores fallecidos.