En un preocupante desarrollo, Rusia lanzó misiles contra Kiev, la capital ucraniana, por tercera ocasión en un lapso de cinco días, así como contra otras regiones del país. Esta agresión se produce en medio de la intensificación de la ofensiva de Moscú contra Ucrania, mientras que la línea de frente entre ambos países permanece inmóvil.

Según informó el Servicio de Rescate de Ucrania, nueve personas resultaron heridas en el ataque matutino a la capital ucraniana. El distrito de Pecherskyi fue particularmente afectado, con los restos de los misiles causando daños en dos distritos y en el gimnasio de una universidad local.

Los misiles balísticos lanzados desde Crimea fueron interceptados sobre la ciudad, según Serhii Popko, responsable de la administración militar de la ciudad de Kiev. Horas más tarde, se reportaron al menos dos explosiones en la ciudad de Odesa, en el sur del país, aunque no hubo informes inmediatos de víctimas o daños en esa área.

Estos ataques se producen después de una serie de intensos enfrentamientos, incluidos ataques de artillería ucraniana contra la región fronteriza rusa de Bélgorod, que obligaron a las autoridades rusas a anunciar planes para evacuar a unos 9.000 niños de la zona.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, ha reiterado su llamado a los aliados de Occidente para que proporcionen más sistemas antiaéreos para protegerse de los continuos ataques. "Ucrania necesita más sistemas de defensa aérea para la seguridad de nuestras ciudades y para salvar vidas humanas", declaró.