El mundo del espectáculo se vio sacudido el 16 de octubre de 2024, tras confirmarse la muerte del cantante Liam Payne, exintegrante de One Direction, a los 31 años. El artista falleció en un accidente fatal desde el balcón de un hotel en Buenos Aires, en un episodio vinculado al consumo de alcohol y drogas. Más allá de la tragedia, Payne dejó un legado económico de unos 32 millones de dólares, gran parte del cual beneficiará a su hijo de ocho años, Bear Grey Payne.
Aunque no dejó un testamento formal, las leyes de sucesión del Reino Unido aseguran que los hijos son los principales herederos en ausencia de cónyuge. Para administrar sus bienes, las autoridades designaron como coadministradores a Cheryl Tweedy, madre de Bear y expareja de Payne, junto al abogado Richard Mark Bray, experto en la industria musical.
Gran parte del patrimonio será destinado a un fideicomiso para Bear, garantizando su estabilidad financiera en el futuro. Payne, quien a lo largo de su carrera enfrentó dificultades personales como las adicciones, había sido cuidadoso en construir una base sólida para su hijo. Entre sus inversiones destacaban propiedades en Buckinghamshire —cerca de donde vivía Bear— y una casa en West Midlands para sus padres. También había adquirido una lujosa mansión en Florida, donde vivía con su novia Kate Cassidy antes de su fallecimiento.
A pesar de que su relación con Cheryl concluyó en 2018, Liam mantenía un vínculo cercano con su hijo, realizando frecuentes videollamadas cuando se encontraba de gira o residiendo en Estados Unidos. Según fuentes cercanas, el cantante priorizaba el bienestar emocional y económico de Bear por encima de todo.
Kate Cassidy, visiblemente afectada por la pérdida, reveló que Payne le había dejado una nota íntima antes de morir, en la que expresaba su deseo de casarse con ella y pasar la vida juntos. La carta estaba firmada con el número “444”, símbolo que Payne consideraba un mensaje de apoyo espiritual.
El fallecimiento de Liam Payne dejó un vacío en millones de fans alrededor del mundo, pero también evidenció el esfuerzo del artista por proteger lo más importante para él: su hijo.