El presidente de Argentina, Javier Milei, respaldó este viernes a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tras el operativo policial que disolvió con gases y golpes una manifestación en apoyo a los jubilados, dejando un saldo de más de 100 detenidos y cerca de 50 heridos.

“El que las hace, las paga. Los buenos son los de azul y los hijos de puta son los que andan con trapos en la cara, rompen y queman autos”, declaró Milei durante su discurso en Expoagro 2025, la feria agroindustrial más grande del país. Mientras hablaba, el presidente acarició el brazo de Bullrich, en señal de aprobación.

Cada miércoles, jubilados se manifiestan frente al Congreso para exigir mejoras en sus pensiones, acceso a medicamentos y la continuidad de la moratoria previsional, que vence este mes y permite a quienes no tienen suficientes aportes acceder a una pensión.

Esta semana, la protesta contó con el respaldo de miles de personas, entre ellos aficionados del fútbol, en rechazo al ataque policial sufrido por un hincha de Chacarita Juniors de 75 años, quien fue rociado con gas y golpeado hasta fracturarle la muñeca en una marcha anterior.

La movilización del miércoles terminó con una fuerte represión por parte de la policía, dejando 124 detenidos, aunque la mayoría fueron liberados por falta de pruebas, según informó la jueza a cargo del caso.

El presidente defendió la represión policial y acusó a los manifestantes de querer desestabilizar su gobierno. “Esos son los que tienen que ir presos y los vamos a meter presos. Vamos a defender la República”, aseguró Milei, citando frases utilizadas por el expresidente de EE.UU., Donald Trump.

Además, Milei calificó las marchas como una estrategia política de sectores opositores:
“Abrazar las ideas de la libertad termina con el curro de un montón de delincuentes, que son los que después organizan marchas. Cada vez que vean a alguien pataleando, es porque le cortamos un curro.”

Entre los heridos se encuentra el fotógrafo argentino Pablo Grillo, quien recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza y permanece en estado grave. El incidente ocurrió en la Plaza del Congreso, en el centro de Buenos Aires, mientras documentaba la protesta.

La represión policial y la postura del gobierno han desatado una fuerte polémica en Argentina, con críticas de organizaciones de derechos humanos y sectores de la oposición.