La noche del 22 de noviembre, la Policía de Monterrey encontró los cuerpos sin vida de cuatro personas en un cuarto de renta ubicado en el Barrio Antiguo, una de las zonas más tradicionales de la ciudad. Las víctimas, dos adultos y dos menores de edad, fueron identificadas como Sandra, de 20 años, Juan, de 27 años (quien trabajaba como taquero), y sus dos hijas, ambas menores de cinco años.
La hipótesis principal que investigan las autoridades es un triple homicidio seguido de un suicidio del padre, Juan. Según los primeros informes, la mujer, Sandra, presentaba un estado de descomposición más avanzado, lo que indica que podría haber sido asesinada primero. El arma blanca utilizada en el crimen fue encontrada en el lugar.
El hallazgo ocurrió después de que los vecinos reportaran malos olores provenientes del cuarto. El propietario del inmueble, al no obtener respuesta tras intentar comunicarse con la familia, se vio obligado a ingresar por la fuerza, encontrando los cuerpos en el interior del departamento número 17, ubicado en la calle Francisco Naranjo número 737.
Autoridades de la Policía de Monterrey, la Guardia Nacional y agentes ministeriales acordonaron el área y comenzaron con la investigación, que permanece en curso. Se espera que en las próximas horas se obtenga una orden de cateo para ingresar al lugar y recabar más indicios del crimen.
De manera extraoficial, se ha mencionado que la familia, originaria de la Ciudad de México, había llegado recientemente a Monterrey en busca de trabajo. Además, se ha informado que los miembros de la familia no respondían a sus llamadas desde hace tres días, lo que coincide con el estado de descomposición en el que fueron encontrados los cuerpos.
El crimen ha conmocionado tanto a los vecinos del Barrio Antiguo como a la comunidad de Monterrey, quienes esperan que las autoridades esclarezcan los detalles de este trágico suceso.
