En México, la riqueza cultural se manifiesta en sus numerosas pirámides, algunas más reconocidas que otras, pero todas testigos del legado prehispánico. Sin embargo, una de ellas destaca no solo por su historia y dimensiones, sino por un hecho insólito: sobre su cima se levanta una iglesia. Este monumento es la Gran Pirámide de Cholula, conocida en náhuatl como Tlachihualtepetl, cuyo nombre significa “montaña hecha a mano”.
Una colina disfrazada de pirámide
Esta pirámide permaneció oculta por siglos bajo vegetación, con la apariencia de una colina común. Fue hasta hace aproximadamente 150 años que se reconoció su verdadera naturaleza, revelando un legado arquitectónico milenario. Se cree que su construcción comenzó hacia el 200 a.C., utilizando adobe y tierra, lo que permitió que la naturaleza la cubriera con el tiempo.
Con 65 metros de altura y una base de 450 metros de largo, Tlachihualtepetl posee un volumen impresionante de 4.5 millones de metros cúbicos, superando incluso a la Gran Pirámide de Giza en términos de volumen. A diferencia de las pirámides tradicionales de forma puntiaguda, esta estructura tiene un diseño escalonado con capas de construcción sucesivas, realizadas a lo largo de varios siglos.
De templo indígena a templo cristiano
La historia de Tlachihualtepetl tomó un giro dramático con la llegada del ejército de Hernán Cortés, quien al entrar en la ciudad de Cholula decidió construir una iglesia sobre la pirámide. Esta iglesia, conocida como Nuestra Señora de los Remedios, se convirtió en un símbolo del sincretismo religioso que marcó la época colonial. Desde su cima, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, que enmarcan la región.
El redescubrimiento de Tlachihualtepetl
Fue en 1881 cuando el arqueólogo suizo Adolph Bandelier reconoció la estructura como una pirámide, despertando el interés por su estudio. Décadas más tarde, Ignacio Marquina, destacado arqueólogo mexicano, lideró excavaciones que revelaron 8 kilómetros de túneles en su interior, brindando una visión más clara de su compleja arquitectura.
Aunque mucho se ha descubierto sobre la Gran Pirámide de Cholula, aún persisten enigmas por resolver, como el propósito exacto de algunas de sus cámaras interiores y los secretos que podrían esconder sus múltiples capas. Tlachihualtepetl sigue cautivando a arqueólogos y visitantes, combinando historia, misterio y espiritualidad en una de las joyas más fascinantes de México.