Ken Wilson, un residente de Vacaville, California, hizo un hallazgo que nunca hubiera imaginado: durante 18 años estuvo pagando por el consumo eléctrico de su vecino por error. Este sorprendente descubrimiento ocurrió después de que Wilson, frustrado por sus altos recibos de luz, decidiera investigar la razón detrás del abultado monto.

Wilson se mudó a su departamento en 2006 y, aunque al principio no prestó demasiada atención a sus facturas de electricidad, con el tiempo comenzó a notar un aumento constante en el costo, a pesar de que tomaba medidas para reducir su consumo.

**“Intenté todo lo que se me ocurrió: apagar las luces cuando no las necesitaba, desconectar aparatos, incluso ajusté el termostato para reducir el consumo, pero nada funcionaba”**, relató Wilson a ABC News.

A pesar de sus esfuerzos, la factura seguía siendo sorprendentemente alta, lo que lo llevó a sospechar que algo estaba mal. Decidido a encontrar una solución, Ken adquirió un dispositivo para medir el consumo de energía en su hogar y descubrió lo impensable.

**“Apagué todos los interruptores de mi departamento, pero cuando salí a revisar el medidor, ¡seguía corriendo!”**, exclamó Wilson.

Con esta información, contactó a la compañía eléctrica local, la cual inició una investigación exhaustiva del caso. El resultado fue asombroso: desde 2006, Ken había estado pagando por la electricidad de su vecino.

**“Nuestra investigación preliminar descubrió que el número de medidor del apartamento del cliente estaba siendo facturado a otro apartamento, posiblemente desde 2009”**, informó la empresa en un comunicado.

Como compensación, la compañía le otorgó un crédito de 600 dólares (aproximadamente 11,600 pesos mexicanos) en su cuenta, una cantidad calculada por los años de pagos erróneos. Sin embargo, Ken sigue insatisfecho.

**“No es solo el dinero. Es la frustración de saber que por tanto tiempo estuve pagando de más sin que nadie se diera cuenta”**, afirmó. 

Este caso, además de subrayar la importancia de revisar periódicamente las facturas, refleja cómo un simple error administrativo puede pasar inadvertido durante años, generando grandes inconvenientes financieros.